18 de septiembre de 2009

Ron Montero, de Motril, Granada



Cuando hablamos de ron, pensamos directamente en el Caribe, como lugar de su elaboración. Y sí, es allí donde más se produce, donde más diversidad presenta y de donde viene el que a mí, personalmente, más me gusta.

Aunque en España también se elabora ron —conocemos ya rones canario y catalanes—, como el que se hace en Motril, Granada: se trata del "Ron Montero", más conocido como "Ron Pálido". Yo acabo de descubrirlo, aunque es bastante conocido en todo el sur de España ya desde antes.
La destilería ("Ron Montero") hace, de hecho, dos rones: Ron Pálido y Ron Montero Gran Reserva.
El Ron Pálido es uno seco y ligero, con 40 % ABV y añejado por 2,5 - 3 años. Mientras que el Montero Gran Reserva, también de 40 % ABV, y un poco más suave, tiene un añejamiento de entre 3,5 y 4 años.

Presenta algunas particularidades, como por ejemplo, que actualmente y tras el cierre de la azucarera Guadalfeo de Salobreña en 2006, utiliza melazas de distintos sitios, según facilidades del mercado, como Brasil, India, Pakistán, México, República Dominicana. Destilan en columna al vacío. Las barricas en que envejece son nuevas y sin quemar, en lugar de lo que habitualmente se estila, que es barricas usadas previamente para bourbon, cognac o jerez y quemadas por dentro. Envejece por sistema de solera en barricas de 500 litros.
Su bodega se fundó en 1963, producen unos 240.000 litros al año y han obtenido un premio de reconocimiento por el Instituto Internacional de Sabor y Calidad de Bruselas.

En su web podréis encontrar más detalles.

Existe una manera distintiva de tomarlo, llamada "Palito" y que inventó el señor Francisco Montero, su fundador, en 1963 para la fiesta de despedida de su amigo José Antonio Español, ingeniero al que trasladaban de Motril al Puerto de Cádiz. Según explica el mismo señor Montero, "el buen Palito es con ron, zumo de piña, un trozo de naranja y una rajita de caña de azúcar ardiendo. Ese es el original. Luego han venido las copias. En un vaso alto se ponía un poquito de ron pálido, se le añadía una rajita de caña de muy buen sabor y poca fibra y se flambeaba con ron de 60º. Cuando estaba ardiendo se echaba en los vasos y se le añadía zumo de piña. A veces salía estupendo porque se formaba una bola blanca en la boca del vaso al arder el palito. Se agitaba y se le ponía una cereza roja, un trozo de naranja que no fuera muy agria... y listo".


Aquí podéis ver una reseña sobre cata (en inglés) del Ron Pálido y otra del Ron Montero Gran Reserva.

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