Barcelona abre un nuevo tiki bar. El Tahití (el enlace es para usuarios de Facebook, sorry), en la calle Joaquin Costa 39, cerca de la Rambla.
Cuando Joao me lo dijo y me dio la referencia de "cerquita del Negroni", se le pasó decirme que es que lo montó la misma gente del Negroni, donde antes se encontraba el "Benidorm" (yo no lo conocí, pero me lo han nombrado más de lo que me gustaría oír ese nombre... Cosas de uno).
En fin, al pasar por delante, abrir la puerta y asomarme no acababa de darme la impresión de estar delante (y mucho menos dentro) de un bar tiki. La decoración es de los '50, sí, pero de otra estética distinta a la tiki propiamente y eso me chocó. Me gustó el detalle de los menús de la época que adornan el cristal de la entrada y que exhiben los precios de entonces, como los que encuentras en la tienda de souvenirs del Mai Kai en Fort Lauderdale. Un amigo catalán me dice "bua, pues se les va a caer el pelo por poner precios engañosos, qué movida...". Y yo le contesto: "tío, tranqui, es claramente una decoración, nadie en su sano juicio interpretará 1,25 como el precio en euros de un Zombie" (que no recuerdo cuánto indicaba este en particular) "y además no especifica moneda; ¡podría ser una moneda especial cuya conversión te deja el precio en 10 ó 12 pavos una vez pasado a euros...!".
En fin, que luego oí hablar del lugar, leí acerca de él y me entero de que lo han montado los del Negroni... Me toca desarmarme de prejuicios y disfrutar del sabor, aunque para otra oportunidad, pues fue una pena que no pudiéramos entrar esa noche porque otro compromiso me llamaba a la sensatez y la responsabilidad. Pero queda apuntado en la agenda para la próxima visita a Barcelona.
Aquí podéis leer una entrevista a Javier Cejas que le hace Mr. Iván de Bastardo Saffrin.
Cuando Joao me lo dijo y me dio la referencia de "cerquita del Negroni", se le pasó decirme que es que lo montó la misma gente del Negroni, donde antes se encontraba el "Benidorm" (yo no lo conocí, pero me lo han nombrado más de lo que me gustaría oír ese nombre... Cosas de uno).
En fin, al pasar por delante, abrir la puerta y asomarme no acababa de darme la impresión de estar delante (y mucho menos dentro) de un bar tiki. La decoración es de los '50, sí, pero de otra estética distinta a la tiki propiamente y eso me chocó. Me gustó el detalle de los menús de la época que adornan el cristal de la entrada y que exhiben los precios de entonces, como los que encuentras en la tienda de souvenirs del Mai Kai en Fort Lauderdale. Un amigo catalán me dice "bua, pues se les va a caer el pelo por poner precios engañosos, qué movida...". Y yo le contesto: "tío, tranqui, es claramente una decoración, nadie en su sano juicio interpretará 1,25 como el precio en euros de un Zombie" (que no recuerdo cuánto indicaba este en particular) "y además no especifica moneda; ¡podría ser una moneda especial cuya conversión te deja el precio en 10 ó 12 pavos una vez pasado a euros...!".
En fin, que luego oí hablar del lugar, leí acerca de él y me entero de que lo han montado los del Negroni... Me toca desarmarme de prejuicios y disfrutar del sabor, aunque para otra oportunidad, pues fue una pena que no pudiéramos entrar esa noche porque otro compromiso me llamaba a la sensatez y la responsabilidad. Pero queda apuntado en la agenda para la próxima visita a Barcelona.
Aquí podéis leer una entrevista a Javier Cejas que le hace Mr. Iván de Bastardo Saffrin.
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