No hay nada novedoso, evidentemente, en poner una piña colada en la carta de un bar del Caribe, eso está claro. Ahora bien, parece que el exceso de confianza en el entorno a veces juega un mal papel y de pronto se encuentra uno con cócteles ultrajados, con interpretaciones poco dignas, hablando en plata, que no hacen ninguna justicia a lo que originalmente les puso en el mapa.
Seguro que en el último par de años, si no más, hemos oído acerca de tal o cual cóctel como "el gran maltratado"; el mojito, el mai tai, el dry martini, la margarita... La lista es larga y entre ellos está, como no, la piña colada. En algunos sitios porque no hay los ingredientes de manera fácil y económica y en otros porque la desidia confunde.